Cuerpos extraños en los ojos
Los cuerpos extraños que penetran en
el ojo son pequeñas partículas en ocasiones microscópicas
no visibles a simple vista que impactan en el espesor de la cornea
o de la conjuntiva expuesta.
No siempre la ubicación de los cuerpos extraños es
visible, así en los casos en que la fuerza de impacto es
pequeña la partícula puede esconderse bajo el párpado
superior y permanecer en él basta su extracción.
La naturaleza de estos objetos es de índole muy diversa pudiendo
ser orgánicos o materiales inorgánicos. Las motas
de polvo, ceniza o tierra al poder ser levantadas en suspensión
por el aire se deben sospecbar en los días ventosos siendo
toda la población susceptible de padecerlos. Son personas
predispuestas a padecer estos percances aquellas personas que trabajan
manipulando metales, madera, piedra etc., aquellas actividades en
las que pueden salir propulsadas pequeñas partículas
a gran velocidad.
Sintomatología.
La entrada de cuerpos extraños en el ojo produce un intenso
dolor de aparición súbita que aumenta con el parpadeo
y que generalmente es referido a la zona del párpado que
contacta con la partícula extraña. Se acompaña
de lagrimeo reflejo y fotofobia.
La visualización del cuerpo extraño no siempre es
posible a menos de que se empleen sistemas de amplificación.
Las partículas en ocasiones se encuentran ocultas en la cara
interna de los párpados.
Medidas terapéuticas.
La primera medida y la más importante es la de no manipular
mecánicamente el ojo con el fin de extraer el cuerpo extraño
ni frotarse los ojos, ya que ello sólo induciría el
mayor enclavamiento del mismo y aumentar la severidad de las lesiones
y posibles secuelas. Sólo se debe intentar una irrigación
del globo ocular abundante con soluciones salinas equilibradas ya
que si el cuerpo extraño no es muy profundo puede ser arrastrado
mecánicamente por el líquido.
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