Sabemos que son múltiples los factores implicados en la denominada fatiga muscular (desajustes electrolíticos, desequilibrios en la homeostasis mineral, alteraciones en el estado funcional del sistema inmunitario etc.) y sobre todo acumulación de metabolitos propios del estrés deportivo (ácido láctico, hidrogeniones o amonio).

El estrés del deportista supone mantener al límite las funciones orgánicas de alerta, de síntesis de material energético y plástico, y como no, los mecanismos de depuración y limpieza de todos los metabolitos producidos en esta sobrecarga funcional y continua a la que sometemos todo un organismo preparado para la competición.

El hígado es el principal órgano implicado en el mantenimiento de la homeostasis del medio interno. Sus funciones de síntesis proteica, mantenimiento de reservas glucogénicas a expensas del ácido láctico que le llega de los músculos, síntesis de enzimas, reservorio de vitaminas etc. etc. y sobre todo funciones de detoxicación de metabolitos aumentados e inherentes a la práctica deportiva son funciones habituales, pero que en un organismo sometido a una disciplina límite y constante, se hacen no solo fundamentales sino que, si por algún motivo, pierde su grado de eficacia, se va a ver comprometido muy seriamente el rendimiento del propio deportista.

Debemos asegurarnos un correcto mantenimiento de las funciones hepáticas y prevenir desajustes que mermen la calidad del rendimiento de nuestros atletas. Nosotros actuamos en las fases previas a los entrenamientos de alta competición, y sobre todo en los periodos posteriores inmediatos a las mismas, periodos en los que sometemos a nuestros deportistas a un paréntesis de "recuperación funcional" en el que intentamos, entre otras cosas, una máxima capacidad depurativa de los restos metabólicos producidos durante el periodo de máximo rendimiento competitivo.

En estos periodos nos aseguramos un poder depurativo máximo hepático aportando al deportista principios activos que la moderna Fitoterapia nos ofrece perfectamente justificados:

GROSELLERO NEGRO ( RIBES NIGRUM )

Rico en flavonoides y antocianósidos ( Eteróxidos del CIANIDOL y del DELFINIDOL ), gran contenido en Vitamina C ( 137 ng. % de hoja fresca) y peptinas. Su mecanismo de acción más importante es la inhibición de la liberación de histamina por los mastocitos y como antagonista de la Catecol – oximetil - transferasa, responsable de la inactivacion de las catecolaminas de acción antiinflamatoria.

ALCACHOFERA (CYNARA SCOLYMUS)

Sus principios activos más importantes son la CINARINA y el ACIDO CLOROGENICO, que aumentan 3,5 veces el volumen de la bilis secretada, confiriéndole su gran actividad colerética y colagoga. Evitan el estasis vesicular, y la acción de la betagluronidasa que desconjuga la bilirrubina directa en insoluble, y, por lo tanto, su precipitación. Gracias a sus flavonoides y ácidos fenólicos posee una gran acción diurética y antiedematosa sin pérdida de iones K +.Aumenta la excreción de urea a nivel renal y normaliza la urogénesis hepática. La Cinarina le confiere una actividad hipocolesterolemiante, y se ha demostrado que aumenta la solubilidad del colesterol de los depósitos patológicos (ateromatosos) así como hepatoprotectora, y junto a la Cinaropicrina una gran acción carminativa.

RABANO NEGRO ( RAPHANUS NIGER )

Su principal principio activo, el Isotiocianato de Sulforafeno le confiere las propiedades coleréticas y colagogas, así como hepatoprotectoras que posee. Es fundamental en el tratamiento de las disquinesias biliares por su gran poder drenante de los microdepósitos de sales dentro de la vesícula. Resolutivo en los casos de meteorismo y aerofagia por su gran efecto eupéptico y carminativo. Posee efectos diuréticos y detoxicantes, siendo muy rico en Vitaminas C y B-1.

CARDO MARIANO ( SILYBUM MARIANUM ).

Su principal componente activo es la SILIMARINA, que actúa como estabilizador de la membrana celular hepática lesionada, haciendo efectiva una protección completa de la glándula hepática. Tiene propiedades digestivas, coleréticas y colagogas. Actúa como antiséptico, antipirético, y ligeramente diurético. Sus flavonoides le confieren un gran poder hemostático.

CARDO SANTO (CNICUS BENEDICTUS).

Es muy rico en principios activos muy variados, Lactonas, Flavonoides y constituyentes Triperténicos y Esteroídicos. La CNIDINA , lactona sesquiterpénica, es su principio activo más importante. Es una sustancia amarga que le confiere sus acciones eupépticas, carminativas y antidispépticas. Ligeramente diurética y bacteriostática. Los flavonoides poseen una acción diurética y antiedematosa.

HINOJO (FOENICULUM VULGARE)

Su principal principio activo es una cetona terpénica bicíclica llamada FENCHONA de gran efecto eupéptico, al estimular la motilidad gástrica y carminativo. Su principio activo ANETOL, ejerce una segura acción antiespástica y es capaz de inhibir las fermentaciones y la consecuente formación de gases a nivel gástrico e intestinal. Su uso es de elección en el tratamiento de los problemas intestinales ocasionados por el abuso consecutivo de laxantes.

MENTA ( MENTHA PIPERITA ).

Su principio activo más importante es el MENTOL. Es un alcohol secundario terpénico, que en la menta se encuentra libre o formando ésteres (Acetatos y Valerianatos). Es rica también en flavonoides, taninos y tripertenos. Actúa como eupéptica, carminativa y ligeramente analgésica, útil en casos de atonía digestiva. Gran colerética y colagoga, aumenta considerablemente la excreción de bilis por la vesícula. Se utiliza también como antinauseosa, y se le considera clásica en los tratamientos antidispépticos.

SALVIA (SALVIA OFFICINALIS).

Planta muy versátil por la cantidad de principios activos que contiene. La TUYONA le confiere su acción eupéptica, carminativa y tónica general, sin efectos excitantes. Los flavonoides y ácidos fenólicos le confieren una actividad colerética y espasmolítica. Facilita la digestión y calma los vómitos espasmódicos.

Su utilización está generalizada por sus grandes efectos tónicos y estomáquicos, digestivos, antidispépticos y antiedematosos.