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El Hierro.

Importante oligoelemento para la salud humana, te damos a conocer ahora sus principales características metabólicas para que lo aproveches al máximo.

En varones adultos sanos, el hierro total del cuerpo es de 4,5 g. y en las mujeres de 3,5, el cual se distribuye de la siguiente manera:

- El 61% en hombres y el 71% en mujeres se encuentra en la hemoglobina.

- El 10% y 12% respectivamente, está en los tejidos como mioglobina del músculo y enzimas hem (citocromos, citocromo oxidasa, peroxidasa, catalasa) y no hem.

- El 0’1% como transportador de hierro unido a la transferrina en el plasma sanguíneo.

- El 28’9% en hombre y el 15’9% en mujeres está depositado en hígado, bazo y médula ósea (como ferritina y hemosiderina).

El hierro que llega en la alimentación puede presentarse en forma de:

- Hierro hem (ej. Hemoglobina y mioglobina en la carne).

- Hierro no hem (flavoproteínas ferrosulfuradas como la succinato- deshidrogenasa, la NADH-deshidrogenasa, etc) y hierro inorgánico que puede presentarse en dos valencias, ión ferroso (Fe++) o ión férrico (Fe+++).

La utilización de hierro radioactivo, ha permitido demostrar que el hierro en forma hem, es más fácil y rápidamente asimilado, así como identificar los receptores de hem en la mucosa intestinal, y determinar que después de la absorción por la célula, el hierro se libera del hem por la acción de una hemoxigenasa.

El hierro presente en forma de sales inorgánicas y en forma no hemínica en el tracto digestivo, es un conjunto independiente, cuya disponibilidad depende de los otros componentes presentes en la dieta. La captación intestinal de estas formas de hierro, puede ser muy rápida cuando las reservas metabólicas son pequeñas, estando implicados probablemente, puntos de unión específicos, pero además puede verse influenciada por diversos factores:

Factores favorecedores de su absorción:
- Un Ph ácido favorece su absorción, por que gracias a la acción de los jugos gástricos, convierten el ión férrico (Fe+++) en ión ferroso (Fe++) que es más soluble. La mayor parte del hierro de la dieta está formado por sales férricas, que forman complejos de oxihidróxido férrico que precipitan al Ph fisiológico.

- Independientemente de su procedencia (huevos, vegetales, harinas), la presencia de aminoácidos (carne) aumentan su absorción, posiblemente, porque también favorecen el paso de Fe+++ a Fe++, que es más soluble.

- Los citratos y el ascorbato (vitamina C) la favorecen, ya que forman complejos solubles que atraviesan fácilmente las células epiteliales que recubren el tubo digestivo alto.

- También se asimila más fácilmente cuando se encuentra en la leche humana, lo que puede deberse a interacciones específicas entre las glicoferrinas de la leche de la mujer y los correspondientes receptores de la mucosa intestinal.

Factores que disminuyen su absorción:
- La presencia de fitatos, que se encuentran en el salvado, en los productos elaborados con harina integral, trigo maíz, alubias, espinacas, lentejas. Se absorbe mejor el presente en las zanahorias, patatas, remolacha, repollo, brécol, calabaza, tomates, coliflor, nabos o chucrut, ya que estas verduras son ricas en ácido ascórbico, cítrico o málico.

- La presencia abundante de fosfatos, fosfoproteínas y polifenoles.

- Los taninos del té y café.

- Un Ph alcalino.

- La aclorhidria e individuos gastrectomizados, por la baja solubilización y quelación del hierro férrico de la comida.

- La secreción pancreática parece ser que posee un elemento inhibidor de la absorción del Fe (aunque no se conoce).

- Ingestión de arcilla alcalina o de sustancias antiácidas.

El hierro se absorbe principalmente en el duodeno y en la porción inicial del yeyuno. Normalmente se absorbe alrededor del 10-20% de los 10-20mg. de hierro que se ingieren diariamente en una dieta promedio.

El Fe que llega a la luz intestinal puede:

a) Permanecer en ella y ser eliminado por las heces.

b) Absorberse y penetrar en las células intestinales:

- El mecanismo de absorción intestinal del Fe aun no se conoce muy bien, según parece, el hígado secreta cantidades moderadas de apotransferrina en la bilis, ésta se une al hierro libre y a algunos compuestos del hierro, como la hemoglobina y mioglobina de la carne, dando lugar a la transferrina, la cual es atraída y se une a los receptores de las membranas de las células del epitelio intestinal. Posteriormente, mediante pinocitosis (englobamiento de las partículas formando pequeñas vesículas), la molécula de transferrina, que lleva su depósito de hierro, se absorbe en las células epiteliales, y después se libera en el lado de estas células próximo a la sangre en forma de tranferrina plasmática.

- A nivel de las células de la mucosa intestinal, una parte también puede almacenarse al unirse a la apoferritina (proteína) para darnos la ferritina.

- Otra parte es utilizada por las mitocondrias para la síntesis de enzimas y luego se pierde por descamación.

La absorción de hierro es extremadamente lenta y sólo puede absorberse una cantidad máxima al día (unos pocos mg.) por lo que no deben administrarse grandes cantidades.

Posteriormente el Fe++ absorbido nos pasa a sangre donde sigue unido a una b1-globulina sintetizada por el hígado, la apotransferrina, para darnos la transferrina o siderofilina, que le sirve de transporte para distribuirse por todo el organismo (sobre todo, en los eritroblastos, células placentarias y hepatocitos). La sideremia normal en sangre es de 80-150 mg/100 ml. en el hombre y 60/140 mg/100 ml. en la mujer.

En los tejidos, y según se necesite, la transferrina se une a los receptores específicos de las membranas plasmáticas de las células, permitiendo que el complejo transferrina-Fe pase al interior por endocitosis y libere el hierro en el citoplasma celular, generalmente lo transfiere al interior de la mitocondria, que introduce el Fe en la protoporfirina para la síntesis de hem; la transferrina es expulsada para su posterior reutilización (la vida media plasmática es de 9 días).

Las células precursoras eritroides de la médula ósea son las que poseen mayor cantidad de receptores de transferrina.

El exceso de hierro puede almacenarse en el citoplasma celular, al combinarse con una proteína, la apoferritina (capta el Fe++ y lo oxida a Fe+++), para formar la ferritina . El hierro entra y sale de la molécula de ferritina de una forma metabólicamente, que lo mantiene fácilmente disponible para las funciones fisiológicas normales de la célula. Los principales órganos de almacenamiento son, hígado (hepatocito), médula ósea, bazo, hematíes (5-48 atogramos:ag/hematíe) y mucosa intestinal. Otros sitios donde también se almacena son páncreas, suprarrenales y todas las células reticuloendoteliales. Existen también pequeñas cantidades de ferritina en el suero (30-300 ng/ml), existiendo una íntima correlación entre la concentración sérica de ferritina y los depósitos orgánicos de hierro (1 microgramo de ferritina sérica se corresponde aprox. Con 10 mg. de hierro de depósito). Cuando toda la apoferritina se ha combinado con el hierro, disminuye la intensidad de su absorción intestinal. También puede almacenarse en forma de hemosiderina (mezcla inespecífica de proteínas parcialmente degradadas, lípidos y hierro, proveniente del catabolismo de la ferritina por los lisosomas), sobre todo en el hígado (células de Kupffer) y en la médula ósea (macrófagos). El hierro atrapado en la hemosiderina vuelve al sistema metabólico de la célula de forma lenta e incontrolada. Los depósitos corporales de hierro son conservados constantemente.

Puesto que el mecanismo de absorción incluye la captación de Fe++ por las células de la mucosa intestinal y la transferencia de Fe+++ al plasma, la asimilación de hierro en su conjunto, puede estar regulada por la relación entre la biosíntesis de la ferritina (molécula almacenadora de Fe) y transferrina (molécula transportadora del Fe en plasma), y por tanto controlada por la síntesis del DNA y de los RNA mensajeros, Por tanto, los mecanismos que parecen regular la absorción intestinal de Fe son:

- Cuando toda la apoferritina se ha combinado con el hierro, es difícil para la transferrina liberar el hierro a los tejidos y como consecuencia de no poderlo transportar, disminuye la intensidad de su absorción intestinal.

- Cuando los depósitos de hierro están totalmente saturados, el hígado reduce la formación de apotransferrina, disminuyendo así la concentración de está molécula transportadora del hierro en el plasma y en la bilis. Por tanto, disminuye la absorción de hierro intestinal y su transporte a los tejidos.

Los eritrocitos circulantes tienen una vida media de 117 días. Cuando han cumplido su ciclo vital, son eliminados de la circulación por el bazo y otros tejidos reticuloendoteliales. La hemoglobina liberada es fagocitada casi de inmediato por los macrófagos del organismo (especialmente las células de Kupffer del hígado, los del bazo y médula ósea), la porfirina separada se excreta como bilirrubina por la bilis y el hierro regresa otra vez a la sangre uniéndose a la transferrina (aprox. 20-25 mg. de hierro) para llegar a la médula ósea y producir nuevos hematíes o se almacena.

La eficiencia de la utilización del hierro endógeno es de tal orden que en estado normal se pierden muy pequeñas cantidades. Cada día se pierde aprox. 1 mg. de hierro. Se excreta, la mayor parte, por heces (una parte es hierro no absorbido, otra pequeña cantidad, es de la bilis y otra de las células descamadas de la mucosa intestinal), en las mujeres también por las pérdidas menstruales (pérdida adicional aprox. de 1-2 mg/día), por sudor una pequeña parte, por orina y en el pelo otra pequeña parte.

Gracias a la utilización del hierro endógeno, y a las pequeñas cantidades que se excretan, las necesidades exógenas de hierro son relativamente bajas. Sin embargo, también debemos tener en cuenta que en gran parte del que ingerimos con la dieta no se aprovecha (se absorbe menos del 20%). Se aceptan que los adultos necesitan entre 5-15 mg/día para satisfacer todas sus necesidades. En las mujeres está entre 15-20 mg. Estando aumentada en la menstruación, embarazo y lactancia (en estos casos aumenta la absorción entre un 10-20%).

Los niños de 4 a 8 años necesitan aprox. 0.6 mg/kg de peso corporal y los lactantes (hasta 1 año) 1-2 mg/kg de peso corporal.

Propiedades:

Las células utilizan el hierro principalmente para la síntesis de hemoglobina (las cual es liberada hacia la circulación como componente de los eritrocitos), mioglobina (pigmento muscular) y algunas enzimas respiratorias (citocromos, peroxidasas, catalasas).

Su función primordial es ser un componente esencial de la hemoglobina. Entre el 80-90% de hierro absorbido se utiliza para la eritropoyesis que tiene lugar en la médula ósea. Se considera que eritropoyesis es eficaz cuando produce la incorporación del 80-90% del hierro a la hemoglobina de los eritrocitos circulantes. El hierro se combina con la protoporfirina IX para formar la molécula hem, la cual se une a una cadena polipeptídica, llamada globina, para formar la hemoglobina. La misión principal de la hemoglobina es transportar el oxígeno de los pulmones a los tejidos y llevar el dióxido de carbono de los tejidos a los pulmones.

Interviene en los mecanismos de oxidación celular, al ser componente del citocromo, enzima respiratoria encargada de la transferencia de electrones procedentes de la deshidrogenación de los sustratos, al oxígeno. Es decir, interviene en la oxidación de la glucosa para la producción de energía y en otras cadenas oxidativas productoras de ATP. Forma parte de otros sistemas enzimáticos respiratorios (catalasa, peroxidasa, citocromooxidasa).

Componente de la mioglobina, que almacena el oxígeno para ser utilizado en los fenómenos respiratorios del músculo, durante períodos de anaerobiosis relativa. También acelera mucho el transporte de oxígeno hasta la mitocondria.

© Mifarmacia.es. Departamento de contenidos
D. Joan Sisa Sentis.
Naturólogo.

8 de Marzo de 2001

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