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Prevención y cuidado de la faringitis crónica.

El término faringitis crónica se utiliza para agrupar una serie de procesos inflamatorios y/o irritativos crónicos de la mucosa faringea. A continuación se detallan los aspectos más importantes de esta enfermedad:

I. Patogenia.
En muchos casos existe una predisposición constitucional sobre la que intervienen una serie de factores externos lesivos de carácter crónico, tales como:

- Agentes químicos y/o físicos: Polvo, agentes químicos cauterizantes, el calor (por ej. en el puesto de trabajo), variaciones bruscas e importantes de temperatura, trabajo en ambientes con corrientes de aire o con humos (carniceros, cocineros), trabajo en ambientes con aire condicionado seco y poco húmedo, tabaco, alcohol y abuso de vasoconstrictores nasales.

- Enfermedades, tanto de las vias respiratorias altas (ej. sinusitis crónica, hipertrofia de la amígdala), como enfermedades generales orgánicas (corazón, riñón, diabetes, insuficiencia pulmonar, enfermedades bronquiales crónicas)

- Alteraciones endocrinas: climaterio, hipotiroidismo, avitaminosis A

- Abuso y mal uso de la voz (maestros, vendedores ambulantes, conferenciantes y cantantes).

- Alergia de la mucosa faríngea.

II. Clínica.
De acuerdo con la sintomatología clínica puede distinguirse diversos tipos de faringitis crónica:

1) Faringitis crónica simple:
existe sensación de cuerpo extraño, carraspeo, tos irritativa, y sensación de sequedad o de secreciones adherentes a la faringe. También Molestias cervicales y al deglutir intermitentes y de intensidad variable. No existe ninguna sensación de enfermedad, y no hay fiebre.

2) Faringitis crónica hiperplásica (granulosa).
La mucosa de la pared posterior de la faringe está engrosada, granulosa, y tiene colaración rojiza. Existe una secreción de exudado abundante, denso e incoloro. Casi siempre existe una sensación molesta de cuerpo extraño en la faringe, que hace necesario deglutir y carraspear. Facilidad para las nauseas e incluso los vómitos.

3) Faringitis crónica seca (atrófica).
La pared posterior de la faringe está seca, brillante, y a menudo con algunas costras de exudado desecado. Este tipo está relacionado con las variaciones climáticas o los cambios de temperatura (mejora de las molestias en la orilla del mar y aumento de ellas con el aire seco y caliente). Los adultos y los ancianos son los afectados con más frecuencia. El paciente tiene continuamente la necesidad de realizar maniobras para eliminar los exudados adherentes. Por las noches puede existir dificultad respiratoria con alteraciones del sueño e incluso sensación de ahogo. Como consecuencia del carraspeo constante, pueden producirse pequeñas hemorragias en la mucosa.

III. Diagnostico.
El diagnóstico se basa en la exploración local, al hallar los sígnos y síntomas típicos. En general la evolución de la enfermedad es intermitente y de varios años. Debe distinguirse claramente de las amigdalitis y sinusitis crónicas, de las faringitis específicas (ej. tuberculosis) y del Síndrome de Sjögren. También de la llamada faringitis uulceromembranosa, cuadro que afecta casi exclusivamente a mujeres (40-70 años), cuya causa fundamental parece la carencia de hierro.

IV. Tratamiento.
Incluye actuaciones a dos niveles:

- Etiológico (dirigido contra el factor causante de la enfermedad):
consiste en la búsqueda y eliminación de todos los posibles factores causales próximos o lejanos: ej. supresión del tabaco y del alcohol, cambio de las condiciones ambientales de la estancia, del trabajo, y en caso necesario, cambio de profesión, de clima o de residencia (aunque reconocemos que a veces esto es difícil).

- Sintomatológico (dirigido a resolver o aliviar los síntomas):
humidificación de la mucosa faringea con inhalaciones, tratamiento antiinflamatorio local (ej. infusiones de manzanilla o de salvia, cremas de corticoides). En las alteraciones de la secreción se emplean, cuando la mucosa está seca, soluciones salinas o preparados oleosos, con el fin de crear una película protectora sobre la mucosa. En caso de que el moco y los exudados sean espesos, puede utilizarse fluidificantes de la mucosa naturales por ejemplo el marrubio, la planta por excelencia de las vias respiratorias.

© Mifarmacia.es. Departamento de contenidos
Alvaro García de Tiedra.
Farmacéutico Comunitario.
13 de abril de 2001.
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